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martes, 16 de enero de 2024

LA TRINCHERA, VADO DE LAS CARRETAS, POYO TRIBARDO, CUEVA DE LOS MAQUIS, EXPLANADA DE LOS MAQUIS, CORNISA TRANCO DEL LOBO, RIO GUADALENTIN, LA TRINCHERA


 

                           Ruta  N.º 14.
                         Fecha: 12 de enero 2024.
                         Distancia: 14´03 km .
                         Desnivel: 897 m 


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Nos disponemos a comenzar una ruta por uno de los lugares mas 
bellos de la sierra y dispuestos a disfrutar de sus espectaculares panorámicas
 y sensaciones Esta ruta la hice por primera ver hace aproximadamente 10 años 
con el amigo Víctor volviéndonos sin encontrar la emblemática repisa.
Ruta clasificada como muy difícil por los grandes desniveles que hay que 
salvar, siendo gran parte del recorrido fuera de caminos y sendas. 
Esta ruta es solo apta para senderistas experimentados acostumbrados a 
moverse por alta montaña. 


Iniciamos la marcha en la trinchera, bajando por una senda en 
muy mal estado, con muchas piedras sueltas que hay que esquivar.
Destaca la riqueza botánica de la zona con un bosque de encinas,
 Quercus ilex, entremezcladas con las demás especies típicas del bosque 
mediterráneo, como son las jaras, madroños, brezos, durillos,
 cornicabras, retamas, etc 


En épocas pasadas estos bosques predominaban en nuestro Parque Natural,
 reduciéndose  debido a la sobre explotación como combustible para leña 
y carbón. Muestra de ello es  que sus  troncos no son muy robustos. 


Lo que queda de lo que fue la Casa Forestal del Vado de las Carretas
a pocos metros del nuestro camino. 



Llegamos al Vado de las Carretas y por  un puente metálico 
construido recientemente por la AMAYA cruzamos el rio 
Guadalentín a poca distancia de su nacimiento.  



Empezamos el ascenso y pasamos por las ruinas del  Cortijo 
de Poyo Tribardo. 


Pronto el desnivel se hace notar, subiendo por una 
senda estrecha, deteniéndonos para disfrutar de las 
vistas del valle del Guadalentín. 


Vamos dejando atrás la pendiente, rodeándonos,  con  
la altura, de pinos laricios centenarios , indultados por 
las sucesivas cortas que en este monte tuvieron lugar. 
Estos pinos fueron altamente codiciados durante la época 
en que estas sierras formaron parte de lo que fue Provincia
 Marítima de Segura, para la construcción naval en los astilleros y 
para la implantación y mantenimiento  del ferrocarril por RENFE. 


Tras dejar atrás la senda, andamos por un jorro construido
por RENFE para ajorrar madera, sorprendiéndonos una 
peguera en perfecto estado de conservación. 


Las pegueras fueron una especie de hornos  de donde se obtenía
la pez, sustancia resinosa, empleada en épocas pasadas para impregnar 
el casco de los barcos,  con el fin de conseguir su estanqueidad. 


A unos 6 km del comienzo de la ruta, y después de ascender monte
 a través entramos en la pista forestal que viene del Almiceran, pedanía
del municipio de  Cazorla. Esta vía de saca fue construida en la 
segunda mitad del siglo pasado  por RENFE para la 
explotación forestal de la madera, siendo una de las mas 
recónditas de la sierra. Hoy estas vías son utilizadas por los guardas, 
cazadores, retenes de incendios, senderistas, etc. 
 


Una maravilla de camino por donde pisamos, transcurre por 
una explanada con ejemplares de laricio de
 gran tamaño. 


Abandonamos el camino y andamos por una zona bastante perdida
con grandes socavones y a pocos metros damos con la cueva de 
los maquis. Una vez dentro de la cueva y dada su ubicación no es difícil
 pensar en  las fatigas y sufrimientos  que pasaron aquellas personas 
que por ideales opuestos al régimen no les quedó mas remedio
 que echarse al monte para intentar salvar la vida.  



Esta cueva sirvió de refugio a 9 guerrilleros combatientes contra el
 régimen de Franco. Estos formaban parte de la partida 
de Pablo "el de Motril", llegando a esta sierra a finales 
de 1951 huidos de la represión.
Uno de estos guerrilleros fue Manuel Calderón Jiménez de
 30 años de edad,  conocido como  "Ramiro", que llegó a ser el 
lugarteniente de "Pablo", siendo abatido por las fuerzas del régimen 
  el 28 de febrero del  año 1952, después de 14 años de lucha clandestina,  
y enterrado en el "corralillo de los ahorcados" del cementerio de Quesada.
 En esta fosa común, se enterraba a niños sin bautizar, suicidas, 
ateos,  entre otros, todos considerados como no
dignos de mezclarse con los creyentes.  El resto del grupo, los que no
 consiguieron alcanzar el exilio,  fueron también abatidos. 



Tras 7´5 km llegamos a la esplanada del ultimo maqui, situada 
a pocos metros de distancia de la cueva, y lugar desde donde se domina el 
barranco del Guadalentín, y desde donde  estos guerrilleros  posiblemente
 controlarían la proximidad de las tropas que perseguían su captura.   


Desde esta esplanada,  a modo de mirador, se domina todo el 
barranco del Guadalentín, el calar de Juana, cabañas  y la 
desembocadura del arrollo Gualay en el mismo. 


También nos alcanza la vista para ver la Nava de San Pedro y sus 
proximidades. Al  Norte y desde este mirador, también podemos ver
la loma del caballo de Poyo Manquillo y la zona alta de Fuente Acero. 


Y por fin después de un rato de cresteo sinuoso por el filo del 
desfiladero desde la explanada, llegamos a la Repisa de los torcales
  del Lobo, objetivo principal que perseguimos al  hacer 
esta ruta. El capricho de la naturaleza
ha esculpido en la vertical de la montaña un paso estrecho, 
conociéndose como Tranco del Lobo, uno de los sitios mas bonitos,
 emblemáticos  y espectaculares de la sierra. Este lugar no es apto
 para los quetenga vértigo, al ser un sitio peligroso donde hay que 
extremar las precauciones, 



Nos disponemos a entrar en la Repisa desafiando un 
tanto al vértigo, no queremos marcharnos del lugar sin
recorrer su trazado. 


El fotogénico de Ángel en la entrada a la Repisa, me
comenta que estuvo aquí hace unos años con el amigo 
Antonio López cuando estaba todo nevado, toda una
experiencia muy arriesgada. 


Ya tengo foto para mi perfil, a pesar de mi vértigo
logro sobreponerme y disfrutar del lugar. Esta ruta
pasara a la historia y la recordaremos el resto de nuestra
vida.  


Marta nos acompaña y sorprendentemente ha llegado
aquí sin  apenas dificultad a pesar de los kilómetros recorridos
y el desnivel acumulado. También muestra su sorpresa ante el 
espectáculo natural.


La Repisa rodea toda la montaña y a pesar del vértigo, 
se cruza sin grandes dificultades. 


Sorprendidos, recorremos varias veces su trazado, 
no pudiendo parar de hacer fotografías. 



Rodeamos la montaña y nos encontramos con otra
maravilla natural del lugar. En este caso la Cueva 
del Arco. Impresionante formación de piedra.


Ángel haciendo gala de sus dotes fotográficas
se introduce en la cueva haciendo esta gran 
foto. Me recuerda a otra cueva de esta sierra
que visite la primavera pasada, me refiero 
a la Cueva de las Grajas. A partir de ahora, confiando
en que lo que nos queda no será para tanto, en lo que 
a desnivel se refiere, decidimos continuar la ruta sin
retroceder. 



A pocos metros de la cueva, iniciamos el vertiginoso descenso por el 
barranco del Guadalentín. Al fondo del todo quiere distinguirse el
cauce del rio. Nos encontramos rodeados de un tupido bosque de  arces,
pinos laricios y quejigos.


 A pesar de su gran desnivel, podemos avanzar sin grandes
dificultades gracias a que el manto vegetal del lugar, amortigua
nuestra zancada. Se aprecia una especie de camino por donde 
ha debido de transitar otros senderistas aguerridos. 


Marta ante una encina centenaria que predominan 
 salpicando la pendiente. Estamos en el Prao la Misa,
y muy cerca se encuentra la C.F. del Barranco del Guadalentín
 siguiendo  nuestra marcha sin conseguir dar con ella. 


Desgraciadamente por el escaso caudal de agua
 cruzamos el rio sin dificultad 


Un vadeo del rio, recuerdo la primera vez que pase por el
lugar con el amigo Víctor, su mujer Reyes, y Marcos, hace
aproximadamente 25 años, visitando el cortijo de la finca 
situado rio arriba. Por entonces la pista forestal que nos lleva
hacia el Vado de las Carretas se cortaba unos metros mas abajo,
teniendo que sortear las piedras del rio para pasar. 


 Acortamos con dirección a los Cortijos del Vado de las Carretas,  
en menos de media hora tenemos que estar en la Trinchera con 
ganas de llegarnos por lo del Cabrero y degustar unas chuletas
de cordero. Antes de llegar a su fin, echo de menos la visita del
    quebrantahuesos  en las alturas, llegando tarde a su cita al final se 
     deja ver a lo lejos encima de los Torcales del Lobo. Este buitre
 recibe su nombre por su habilidad para elevar los huesos de los
 restos de animales y soltarlos para partirlos e ingerirlo y así
  alimentarse. 




















 












domingo, 7 de enero de 2024

Circular Piscifactoría, senda del topaero, collado del Rabilargo, el Calarejo, bajada la secreta, los villares, cortijo vado de los Rosales, piscifactoría.

 

 

                         Ruta  N.º 14.
                         Fecha: 02 de diciembre 2023.
                         Distancia:17,22 km .
                         Desnivel: 989 m.
                                                                                    
                                                                                  
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En la ruta anterior había quedado con el amigo Ángel para el día dos del 
nuevo años y hacer la ruta de hoy. No faltando a la cita, nos disponemos de 
buena hora para disfrutar del día y el entorno.  Sin tenerlas todas conmigo, 
en lo que a fuerzas se refiere,  al estar aun bajo los efectos del trancazo, 
me la juego y decido tirar para adelante


Tomando altura por la senda del Topaero, que parte junto al rio Borosa, 
con dirección a los villares, de momento divisamos a lo lejos el monte de
Guadahornillos, termino municipal de La Iruela, y junto al 
Castellón del Moro. 


Conforme vamos avanzando voy notando los efectos de este catarro 
que me hace pensar que quizás  tengamos que recurrir al Plan B
abandonar cuando lleguemos a la aldea. A lo lejos contemplamos
 Peña Corva, La Morra de los Cerezos y el Blanquillo, enclaves 
visitados en otras ocasiones. 


La senda trascurre por lugares impresionantes, atravesando una especie
 de galerías de matorral mediterráneo, donde predomina ejemplares de encina 
y pino carrasco.


Hemos superado el kilómetro 4 de la ruta, y pasamos el cruce, de sendas 
que nos lleva a los villares, cogemos  a la izquierda con dirección calle
cortafuegos. Había escuchado que la AMAYA (Agencia de Medio Ambiente
 y Aguas de Andalucía) había abierto una pista forestal en la zona. Al parecer esta
 se ha construido  con fines de extinción de incendios. 


En el km 6.2 de la ruta llegamos al collado del Rabilargo, situado en
la calle corta fuegos de la cueva del Puntal, la pista forestal que traiamos
atraviesa la franja desprovista de vegetación continuando hacia el barranco
de Aguarrocin, otro día seguiremos su trazado. 


A partir de ahora seguiremos calle cortafuegos adelante con dirección 
al monte del Calarejo. Esta franja de terreno se limpio en los años 70 como
medida contra incendios habiéndose acortado su anchura debido al creci-
miento de los arboles. 


Al fondo se divisa ya el monte del Calarejo, paredón rocoso que habrá
que superar por el lado izquierdo,  buscando un paso favorable



Desde que abandonamos  la calle corta fuego hemos andado apenas 300 m. 
por un denso pinar en pendiente siendo necesario  ir pegados a la montaña 
con el fin de encontrar el paso. Lo que parecía un muro infranqueable,
 para superarlo,  aprovechamos una especie de brecha o canuto
 pendiente en medio de la montaña.



Desde la parte inferior del Canuto, la primera vez que pase por este 
lugar fue en abril de 2017, y recordaba este paso estrecho y  empinado . 
Hay que ayudarse incluso de las manos para ascender esta dificultad. 


Ángel metido en el Canuto del Calarejo. No conocía esta ruta y 
me comenta que tenia ganas de hacerla.  Esta alucinando, y eso que aun no
 hemos llegado a ver la panorámica desde la cima. 


Ángel contemplando el Banderillas. Tras superar el paso estrecho, 
andaremos por un pinar denso, intentando evitar las afloraciones rocosas
que nos pueden complicar el avance. A unos 300 m. cortaremos una 
senda que a mano izquierda nos llevará a la garita del Calarejo, no sin antes 
superar un tramo muy complicado de senda zigzagueante destruida, 
donde aun quedan restos de refuerzos de mampostería.


Sobrecogen las vistas hacia las cercanas banderillas, 
casi al alcance de la mano. A pesar de encontrarnos
 tan solo a 1617 m.s.n.m. por la localización de este monte, 
en medio del Parque, se domina desde aquí tres cuartas
 partes de la extensión total de estas sierras. 




Desde la garita vemos la "raspa" del Calarejo, zona que sufrió un incendio
quiero recordar a principios de los 80. 


Ruinas de la caseta de vigilancia del Calarejo. Esta fue abandonada
tras sufrir el impacto de un rayo durante una tormenta. Una colonia de 
buitre leonado permanece en todo momento expectante volando alrededor
nuestra. Asistimos a todo un espectáculo que para vivirlo hay que patearse 
la sierra. 


A pesar del impacto destructor del rayo, y gracias a  la solided  de su construcción
la garita aun permanece en pie parcialmente.


Ángel no puede resistirse a hacerse una foto encima de la
garita.


Posiblemente nos encontremos ante las mejores vistas de la sierra.
La segunda vez que subo a esta cumbre y no paro de 
alucinar.  Tranquilamente te puedes quedar un día entero 
contemplando la panorámica en cualquier dirección.


Difícil elegir la panorámica mas espectacular para hacerse una 
foto.


Descendiendo hacia los Villares.


Zona afectada por el incendio en época estival, en los comienzos
de los 80. 


Sorprende como los restos de enebro perduran a pesar de los años, tras
ser arrasados por el incendio. Apenas han brotado unas pocas coníferas, en este
suelo en pendiente donde gran parte de la cubierta vegetal ha desaparecido por 
efecto de la erosión. Esta zona no se ha recuperado como otras también 
arrasadas por el fuego. 


Casa Forestal en ruinas  de Los Villares. En esta casa vivió con 
su familia el Guarda Forestal Miguel Palomares. Esperábamos 
cruzarnos con el rebaño de ovejas de María con ella al frente que
 pastorea por el lugar, pero en esta ocasión no ha podido 
ser posible. 



Los Villares, aldea expropiada a finales de los años 60, trasladándose
sus vecinos al poblado de Coto Rios. Sobrecoge el silencio y la belleza
del lugar. Viendo la tierra de labor y las ruinas de los cortijos que había 
 en el lugar  nos podemos imaginar como Vivian sus moradores. A pesar de 
tener una economía de subsistencia, no les faltaba de nada, al tener ganado
domestico, tierra de cultivo, y la solidaridad vecinal....



La Cruz de Los Villares, puesta por  en honor de todos los que vivieron
en este lugar y que un día no les quedó mas remedio que abandonar. Mientras 
disfrutamos de la tranquilad y belleza del lugar, nos sorprende la visita de  un quebrantahuesos, deleitándonos  con su inconfundible y  
sigiloso vuelo,  dándonos dos pasadas, dejándonos impresionado y
 poniendo el broche de oro a la ruta. 



La fuente de Los Villares, con su caño de agua.
Lugar obligado y de encuentro de los vecinos, donde
acudían para proveerse del liquido elemento. 





Una vez visitada la aldea, empezamos a descender con dirección rio borosa, 
por  la pista forestal recientemente construida. A pocos metros del rio, 
pasamos por las ruinas del cortijo Vado de los Rosales. 


Vado de los Rosales. Desde este lugar parte el sendero hacia 
la cerrada de Elias, uno de los lugares  mas visitado de esta 
sierra. 


 
A pesar de las escasas lluvias de este año, el rio Borosa como
 siempre se muestra así de espectacular.